Colaboraciones

Entre Nietzsche y yo se me ha interpuesto Arsuaga. Bueno y Millás, pero a Millás no lo considero amigo, bueno a Arsuaga tampoco, pero su profesión me despierta mucho interés y por eso he dejado que su libro se interpusiera entre los sermones de Zaratustra y yo.

A veces uno y uno no suma ni siquiera dos, se queda en cero con algo. Esta unión Millás- Arsuaga no llega a valer lo que su creación individual. No tengo una buena novela y tampoco tengo un buen ensayo. 
La colaboración, a veces no es más que la suma de ambiciones y suele ser menos aventurera y menos arriesgada que la ambición individual. Esto opino yo, que por otra parte siempre colaboro. Me asusta mi ambición individual, no la he mirado nunca de frente. Acudo siempre al trabajo en equipo, es un automatismo aprendido. Desde que nací formo parte del grupo de siete "las 7 hijas de Julián y Charo", y del grupo también de 7, "las siete hermanas", y de un grupo de tres "los de la cava" y del trío Eurotica, y del dúo Amortal ... Y... Y estoy un poco cansada y decepcionada conmigo misma.

Hace unas semanas, un poco antes  de mi encuentro con Nietzsche tuve un accidente con una amiga y pude ver mi cara reflejada en un charco de la carretera. Oh casualidad! Allí estaba mi ambición chafada en el asfalto. Quise ayudarla para que no se quedará allí para siempre y me acerqué a mirarla. Ella empezó a clavarme las uñas, quería engancharse a mí, sujetarme, clavarme sus garfios para comenzar una navegación conjunta. Me hablaba a mí? Quería venir conmigo? Yo me hacía la buena, pretendía ayudarla pero no quería escucharla. De pronto noté un dolor, se me había clavado una uña en el pecho cerca del corazón.

Y aquí estoy en el tren,  ella sentada a mi lado.

Me da igual que las colaboraciones no sean exitosas, a veces las colaboraciones no son para el presente, son puertas que abren futuros.

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