"Si no te vendes no eres nadie, no existes".
Puedes vender tu estilo, tus ideas, tu forma de ser, tu forma de relacionarte; puedes vender tus conocimientos de antropología, tu carisma, tu empaque o tus lavadoras; puedes vender tu nivel económico o tu nivel social, tu capacidad de organización, lo destroyer que eres, vender quizás la profesión de tu padre, la fama de tu madre, vender a tus hijos en diferentes modalidades, puedes vender a tu partido, al pueblo que te vió nacer, etc., etc.... lo que está claro es que algo tienes que vender, si no, no existes.(léase esta última frase con determinación)
Y, ¿a donde se llega con esta fiebre de la venta de cualquier cosa como medio de vida? Pues a una sociedad de comerciantes charlatanes, de vendeburras profesionales en todos los órdenes de la vida. Y, ¿qué produce esto? Pues comunidades de personas ampliando nuestros contactos con tal fruición y tal ansiedad que nos hemos olvidado de lo que estamos vendiendo debido al tiempo y la dificultad que lleva el hecho de vender.
CONCLUSIÓN: VIVIMOS A LO ANCHO. No porque tengamos mucho espacio, no, sino porque la prisa por vender nos obliga a emplear el tiempo extendiendo nuestras redes. Y el producto se resiente, el trabajo se duele, no hay tiempo de profundizar: importa menos la calidad de lo que haces; importa más hasta dónde has llegado en la divulgación de tu producto. Pero no te quejes, si no vendes, no existes. Felices sueños
2 comentarios:
Más razón que un santo tienes, Mercedes.
Vivimos en un mundo que se ha obsesionado con la cantidad y el "más y más" en vez de prestar atención al fondo y a la calidad de ese más y más. Una pérdida de perspectiva muy peligrosa...
¿será la solución ir contracorriente y apostar por lo contrario?
HOLA¡¡ QUIZAS TE GUSTE elbosquemagicoderomeoyjulieta.blogspot.com
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