VÍCTIMA DEL CALOR
Está aquí el verano.
Me ha pillado en medio de mucho trabajo (el orgullo, Amortal, Camilla, la tele...) Pero el verano es una cosa irresistible o mejor diría invencible: cuando el verano llega, arrasa, y eso no se lo salta ni un cura.
El cuerpo se niega a cumplir horarios y si ha de cumplirlos sólo está esperando la hora de que llegue la libertad.
La piel necesita roce, y se entrega al chapuzón, caricia líquida y fuente de placer.
Los ojos expanden su mirada y atraviesan hormigón buscando lejanía e inmensidad.
Las reuniones obligadas por cuestiones materiales se esfuman, ya no es el momento ... y las amistades de corazón se presentan de nuevo como todos los veranos, cual diablos vestidos de rojo a ofrecerte cañas y barros en el atardecer, sardiñadas en la oscuridad y bailes a la luz de una orquesta.
Es tiempo de vivir.
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